domingo, 8 de febrero de 2009

Cuando Estas Lejos...

Cuando estás lejos las cosas se sienten distintas, diferentes, distorcionadas. Esa magía empieza a opacarse... y el brillo deja de resplandecer... Las cosas empiezan a dejar de tener un sentido que valga la pena. Y entonces ya nada importa demasiado.
Sentimientos abrumadores empiezan a apoderarse de la mente y el cuerpo. La necesidad, la falta del otro, el afecto, el cariño. El Amor. Son esas pequeñas cosas que nos hacen sentir especiales ese día y en ese momento sólo por recibirlos. Entonces nos damos cuenta de que de repente y en un santiamén eso desapareció y nos sentimos solos. Vacíos. Incompletos. Porque nos falta ese alguien especial que nos hace sentir llenos de vida y magia. Que nos hace sentir fuertes. Inmortales. Heroicos. Pero como alguien dijo una vez... "¿Que sentido tiene la imortalidad si no estás a mi lado?" . Hoy digo que ninguna. No tiene nada sentido. Las excusas para ver pasar las agujas del reloj se acaban y amenazan a cada momento tardando. Siendo lentas. Provocandonos. Provocandome. Ellas tienen el poder y a nosotros... a mi... no nos queda mas que esperar...
Y entonces entramos en la eternidad...maldito calificativo del tiempo donde nada es certero, donde nada se sabe... pues sólo existe allá... en la eternidad.
Por eso mientras se opaca la magia, y el brillo deja de resplandecer yo te espero. Victima del tiempo. Prisionera de la eternidad. Pues allá o acá no queda mas que esperar... y yo... yo te voy a esperar...mientras dure... Aunque eso lleve la eternidad. Será cuestión de tiempo.Será cuestión de ser inmortal.

sábado, 7 de febrero de 2009

El Principio

Al Espejo


¿Por qué persistes, incesante espejo?
¿Por qué duplicas, misterioso hermano,
el movimiento de mi mano?

¿Por qué en la sombra el súbito reflejo?
Eres el otro yo de que habla el griego y
acechas desde siempre.

En la tersura del agua incierta o
del cristal que durame buscas y es
inútil estar ciego.

El hecho de no verte y de sabertete
agrega horror, cosa de magia que osas
multiplicar la cifra de las cosas
que somos y que abarcan nuestra suerte.


Cuando esté muerto, copiarás a otro
y luego a otro, a otro, a otro, a otro…


Jorge Luis Borges